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6 de mayo de 2013

El momento en que los cristianos evangélicos se volvieron una "minoría odiada"

Cuando Peter Sprigg habla públicamente sobre su oposición a la homosexualidad algo extraño sucede a menudo. Durante sus discursos, la gente pide la palabra para desafiar sus afirmaciones de que la Biblia condena la homosexualidad, pero ningún cristiano lo defiende.

"Pero después de que termina, se acercan para hablar y susurrar en mi oído: ‘Estoy de acuerdo con todo lo que dijo’”, dice Sprigg, vocero para el Consejo de Investigación de la Familia, un poderoso grupo conservador cristiano.

Hemos escuchado que algunas personas mantienen su homosexualidad en secreto por miedo al rechazo público. Pero Sprigg y otros evangélicos dicen que está emergiendo una nueva víctima: los cristianos de closet que creen que la Biblia condena la homosexualidad pero no lo dicen públicamente por miedo a ser juzgados o calificados como intolerantes.

Como prueba, el vocero destaca la polémica causada recientemente por un comentarista de ESPN. Chris Broussard fue señalado como un fanático y promotor de un discurso de odio cuando dijo que Jason Collins, el jugador de la NBA que reveló su homosexualidad, vivía en una "rebelión abierta con Dios".

Según Broussard, Collins "vivía en un pecado impenitente" porque la Biblia condena la homosexualidad.

“En la cultura actual, alguien como Chris Broussard necesita más valor para expresarse que alguien como Jason Collins para revelarse", dijo Sprigg, un expastor. "Los medios enaltecen a alguien que sale del closet como gay, pero alguien que simplemente expresa sus puntos de vista religiosos sobre la conducta homosexual es atacado".

¿Cuándo el desacuerdo se convierte en odio?

Bryan Liftin, un profesor de Teología del Instituto Moody Bible de Illinois, dice que los cristianos deben tener la libertad de decir públicamente que Dios creó el sexo para que se llevara a cabo en un matrimonio entre un hombre y una mujer.

“Eso no es indignante”, explica Litfin. “Nadie expresa odio contra los homosexuales al decir eso. ¿Desde cuándo el desacuerdo es lo mismo que el odio?”.

Pero citar a la Biblia no protege a nadie de convertirse en un intolerante o en alguien que odia, según algunos académicos. Hay un punto en el que la oposición de los cristianos a la homosexualidad puede caer en el fanatismo, e incluso en un discurso de odio, señalan.

El cruce de esa línea ha ocurrido en muchas ocasiones en la historia. La interpretación literal de la Biblia ha justificado actos como la esclavitud, la subyugación de la mujer y el antisemitismo, dicen académicos y pastores.

"El discurso que realmente daña no puede ser excusado solo porque expresa una creencia religiosa genuina", dice Mark D. Jordan, autor deRecruiting Young Love: How Christians Talk about Homosexuality.

"Algunas creencias religiosas, sinceramente expuestas, son detestables. No pueden decirse sin afectar la paz social”, señala Jordan, profesor en el Centro de Religión y Política John Danforth, de la Universidad de St. Louis.

Pero tanto académicos como activistas concuerdan con que el punto en que el discurso religioso se convierte en un discurso de odio aún está por definirse.

El Centro de Leyes de Pobreza del Sur, en Alabama, es una organización sin fines de lucro que lucha por los derechos civiles, combate y monitorea los grupos de odio. Hace tres años designó al Consejo de Investigación de la Familia, al cual pertenece Sprigg, como un grupo de odio, una etiqueta que ellos rechazan.

Mark Potok, vocero del Centro, dice que no hay una definición compartida sobre el discurso de odio.

“No hay un significado legal. Solo es una frase”, dice Potok. “El discurso de odio está en el oído del público”.

‘¿Una de las minorías más odiadas?’

La intolerancia puede ser difícil de definir, pero algunos evangélicos dicen que se han vuelto víctimas de ésta a causa de su veneración a la Biblia.


La cultura mediática conservadora está llena de historias sobre evangélicos etiquetados como "extremistas" por su creencia de que la homosexualidad es un pecado.

Y su sentido de persecución va más allá de una postura sobre la homosexualidad. Circulan reportes de estudiantes suspendidos por oponerse a la homosexualidad, un profesor despedido por regalar una Biblia a un alumno curioso y el aumento de la intolerancia a los cristianos.

Un bloguero de The American Dream escribió en un ensayo: "¿Los cristianos evangélicos se están convirtiendo rápidamente en una de las minorías más odiadas en EU?".

Joe Carter, editor de la revista evangélica en línea The Gospel Coalition,escribió un post titulado: A debate: ¿la Iglesia cristiana es un ‘grupo de odio’?. Advirtió que los jóvenes abandonarán las iglesias cristianas ortodoxas que enseñan que la homosexualidad es un pecado por miedo a ser calificados como intolerantes.

"Falsa civilidad, vergüenza, mojigatez y miedo a expresar una opinión impopular ha causado que muchos cristianos se abstengan de explicar cómo la conducta homosexual destruye vidas", escribió Carter.

Algunos cristianos temen que por su oposición a la homosexualidad sean despedidos de sus trabajos. "Es más fácil seguir la corriente", dice Carter, autor de How to Argue Like Jesus. "No quieres ser parte de los intolerantes. Esa es una palabra poderosa".

El tribalismo intelectual

Edward Johnson, profesor de Comunicación en la Universidad Campbell, de Carolina del Norte, dice que ahora vivimos una era “posmoderna” donde todo es relativo y no hay una verdad universal aceptada. Es un ambiente en el que cualquier que diga “esto es malo” y “esto es bueno” es calificado como intolerante, explica.

Hubo un tiempo en el que una persona podía decir abiertamente que la homosexualidad estaba mal y la gente lo consideraba como una postura sin enojo, dice. Ahora, la gente ha transitado hacia un tribalismo intelectual donde la única cosa aceptable es la perspectiva de su tribu.

“Son incapaces de comprender que alguien puede tener un punto de vista distinto del suyo”, dice Johnson. “Para ellos, cualquiera que se atreva a cuestionar el dogma de su tribu solo puede hacerlo por odio”.

Sprigg, del Consejo de Investigación de la Familia, dice que la condena hacia la conducta homosexual no conlleva intolerancia sino un deseo de proteger a los gais de una conducta dañina.

Datos controversiales

El investigador de Estudios Políticos escribió en un panfleto del Consejo que el hombre homosexual es más propenso a cometer abuso sexual infantil que un hombre heterosexual. También escribió que las tasas de enfermedades de transmisión sexual y mentales son más altas entre los hombres gais que entre los heterosexuales.

Sprigg dice que no cree que la homosexualidad sea una opción y que “testimonios personales” y la “experiencia clínica” muestran que la gente “puede y de hecho cambia de gay a heterosexual”.

“Quizá necesitamos hacer un mejor trabajo para demostrar que nos motiva el amor cristiano”, dice Sprigg. “El amor es querer lo mejor para alguien, y actuar por ello”.

Pero Potok coincide poco con el amor del cual habla Sprigg. Lo califica como odio y levanta la voz cuando habla de las posturas de éste y de otros grupos cristianos acerca de que los hombres gais tienen más predisposición a abusar de niños y que el comportamiento homosexual es inherentemente dañino.

Dice que el Centro de Leyes de Pobreza del Sur no designó al Consejo de Investigación de la Familia como un grupo de odio por su visión sobre la homosexualidad como un pecado o su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo. Hay muchos grupos cristianos que tienen esas creencias que no son grupos de odio.

Una organización se convierte en un grupo de odio cuando ataca y calumnia a un sector de la población por sus “características inmutables”, dice Potok. El Consejo difunde premisas falsas sobre los gais y las lesbianas, como el hecho de que los hombres homosexuales tienen más posibilidades de cometer abuso sexual infantil.

“Eso es una mentira”, dice Potok. “Ellos están inmersos en una estricta difamación de un gran grupo de personas. En Estados Unidos no hay muchas cosas peores que decir que alguien es un abusador de niños”.

Potok se burla de la posibilidad de que el Consejo y otros grupos evangélicos antigay sean víctimas intolerancia.

“Esas son quejas de parte de la gente que pasa sus días y noches atacando a la gente gay, y (luego) algunas personas los critican y eso no les gusta”, dice. “Eso es patético. Me recuerda a los propietarios de esclavos diciendo que la gente habla cosas horribles sobre ellos”.

Lo que la Biblia dice

Qué hay de la afirmación evangélica “no odiamos al pecador, solo al pecado”. ¿Eso es visto como un discurso de odio respecto a la homosexualidad?

Hay algunos que dicen que no puedes odiar el pecado y amar al pecador porque ser homosexual es definido como el comportamiento sexual de una persona; es quien eres.

“La mayoría de la gente que se identifica como gay o lesbiana dice 'no es una acción que elijo; esto es lo que soy'”, dice Timothy Beal, autor deThe Rise and Fall of the Bible: The Unexpected History of an Accidental Book.

Beal, un profesor de Religión de la Universidad Case Western, en Ohio, dice que debe ser difícil para cualquier cristiano declarar inequívocamente que la Biblia se opone a la homosexualidad porque el libro no expone ninguna postura sobre el tema. Es una afirmación con la cual muchos académicos y líderes protestantes concuerdan.

Algunas personas citan que las escrituras del Viejo Testamento condenan la homosexualidad, como en Levítico 18:22: “Si un hombre se acuesta con un hombre como con una mujer, ambos han cometido un acto abominable”.

Pero otros cristianos no creen que estén atados al Antiguo Testamento. También hay quienes citan escrituras del Nuevo Testamento, como Romanos 1:26-27: “Incluso sus mujeres cambiaron relaciones sexuales natural por otras innaturales. De la misma forma, los hombres abandonaron las relaciones naturales con mujeres y fueron inflamados con lujuria por otros. Hombres cometiendo actos vergonzosos con otros hombres…".

Beal, sin embargo, dijo que Jesús mencionó poco sobre el sexo. Y el apóstol Pablo, quien escribió Romanos, probablemente se refería a la prostitución masculina y a los hombres teniendo relaciones sexuales con muchachos, una práctica en el mundo grecorromano.

"Pablo no entiende la genética y la orientación sexual de la forma en que nosotros la entendemos ahora, como algo mucho más que una elección", dice Beal.

Algunos evangelistas dicen que los cristianos no pueden cambiar su visión de la verdad bíblica porque los tiempos cambian. Pero los académicos afirman que se puede transformar y que los cristianos lo hacen todo el tiempo.

Negar la posibilidad de una mujer para predicar en una iglesia estaba justificado por escrituras como Timoteo 2:11-12. “…Y no permito que una mujer enseñe o asuma la autoridad sobre un hombre; ella debe ser tranquila”. Pero muchas iglesias han abandonado esa enseñanza y algunos académicos afirman que una mujer presidió la primera ceremonia cristiana, cuando María Magdalena proclamó que Jesús había ascendido al cielo.

Los esclavistas del siglo XIX en América justificaron la esclavitud a través de una lectura literal de la Biblia, citando a Tito 2:9-10. “Enseña a los esclavos a ser sujetos de sus maestros en todo”. Y el antisemitismo fue justificado por las acusaciones de que los judíos mataron a Jesús, según Mateo 27: 25-26. “Dejen que su sangre esté sobre nosotros y sobre nuestros niños”.

Litfin, del Instituto Moody Bible, reconoció que la Biblia alguna vez permitió la esclavitud, pero dijo que la práctica era una “expresión cultural” que cambió con el tiempo.

Oponerse al matrimonio gay

Los evangélicos que se oponen al matrimonio entre personas del mismo sexo citando a la Biblia se encuentran sobre un terreno más sólido, dice.

“El matrimonio es una institución universal y atemporal que Dios estableció para el máximo florecimiento humano. Lo estableció en el primer libro de la Biblia con la historia de Adán y Eva. Es consistente a través de toda la Biblia… el matrimonio es en una categoría muy distinta que esas cosas culturales”.

Las confrontaciones públicas sobre la postura de la Biblia ante la homosexualidad rara vez cambian la opinión de la gente. Lo que cambia es cuando la gente llega a conocer a personas gais o lesbianas en un nivel de amistad y escucha sus historias, afirma Beal, autor de The Rise and Fall of the Bible.

“Si te abres a esa otra persona genuinamente, básicamente llegas a un punto donde tienes que sacrificarlos por tu ideología o abrir tu ideología para hacerla un lugar más hospitalario para ellos”, dice Beal.

Un pastor cristiano que es gay afirmó que el escándalo sobre el comentarista de ESPN que el incidente de hecho puede ser positivo, porque los debates ayudan a solucionar disputas morales.

“Lo que nos parece anticuado y como un prejuicio ahora fue alguna vez un asunto disputado que requirió un debate”, dice el reverendo Richard McCarty, ministro del a Iglesia Unida de Cristo y profesor de estudios religiosos en la Universidad Mercyhurst en Pennsylvania.

Hasta que el debate sobre la homosexualidad se encuentre solucionado —si esto alguna vez sucede— hay muchos evangélicos cristianos que se sentirán forzados a permanecer en el closet.

Carter, el bloguero evangélico, dice que ve un día en el que cualquier iglesia que predique contra la homosexualidad será marginalizada. Justo cuando muchas iglesias ahora aceptan el divorcio, aceptarán las prácticas sexuales que consideran pecaminosas, según Carter.

“Está llegando al punto en que las iglesias no van a decir que cualquier alguna actividad sexual está mal”, dijo.

CNN

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