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El Pentágono ha publicado una declaración oficial, según la cual los militares que dan testimonio de su fe podrían terminar frente a una Corte Marcial.

"El proselitismo religioso no está permitido en el Departamento de Defensa. En cada caso se decidirá de forma individual si se debe llevar ante los correspondientes tribunales militares o proceder a una sanción simple sin juicio", dice el comunicado.

UN MILITAR ANTICRISTIANO Y OBAMA

El comunicado ha sido emitido por Fox News, y se produjo después de la reunión prevista en el Pentágono de la Administración Obama con Mikey Weinstein, presidente y fundador de la Fundación para la Libertad Religiosa Militar, una organización radical anticristiana. Tras este encuentro se debían desarrollar los procedimientos de la Corte Marcial para reglamentar la actividad de los militares cristianos que compartían su fe.

Weinstein condena lo que considera como «virulenta opresión religiosa» de los cristianos conservadores, a los que define como monstruos y les compara con los fanáticos del sur de Estados Unidos que se oponían a los derechos civiles de los negros.

Mikey Weinstein ha declarado que todos los cristianos -incluyendo por supuesto a los capellanes militares- que compartan el Evangelio de Jesucristo en el ejército, serán considerados culpables de "traición" y de cometer un acto de "violación espiritual", un delito de gravedad equivalente a cualquier tipo de "violación".

También añadió que por este mismo concepto y actividad los cristianos que compartan su fe en el ejército serán considerados "enemigos de la Constitución."

TRIBUNAL MILITAR, CÁRCEL, EXPULSIÓN

Así que de ahora en adelante dar testimonio de la propia fe podrá ser considerado como un delito, con la posibilidad clara y alta de ser declarado culpable; lo que en el caso de una corte marcial significa que se ha cometido un delito contra la legislación militar federal. El castigo puede suponer la cárcel e incluso ser dado de baja del ejército con deshonor.

Como es lógico, esto también incluye a los capellanes –que son oficiales ordenados como ministros de los respectivos cultos (en su mayoría pastores evangélicos, así como sacerdotes católicos, rabinos e imanes), y cuya tarea desde la fundación del ejército estadounidense por George Washington, es enseñar acerca de su fe, y atender las necesidades espirituales de los militares, que recurren a ellos para pedir consejo, consuelo o instrucciones éticas. Es de esperar que en un medio plazo el papel de los capellanes militares puede ser marginado o finalmente cancelado.

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