Archivo del blog

musuq chaski noticias. Con la tecnología de Blogger.

Seguidores

23 de octubre de 2012

ISRAEL ES UNA REALIDAD HISTÓRICA Y ACTUAL

Por: Francisco Linares Moreno 
Es verdad que Israel no hace mucho por estar presente en los medios para dar a conocer su realidad histórica y presente y contar la verdad de lo que sucede, por ello es obligación de todos, no importa donde nos encontremos, que cuando una situación así lo requiera debemos salir en defensa de esa verdad.
Las sociedades modernas en un mundo occidental es muy receptiva cuando se habla sin miedo y con claridad de lo que realmente es el mundo que defienden los progresistas laicos e islamistas radicales que niegan derechos a las mujeres y ejecutan homosexuales en nombre del Corán.

Los malos son reales, no de película

Bien explicado nace un rechazo hacia estas corrientes, cuna del terrorismo mas cruel si cabe, y la conciencia de una Europa que tiene sus peligros en los mismos orígenes que Israel comenzara a poner iniciativas más contundentes para invitar a integrarse o marcharse a todo aquel radical que inadaptado quiere hacer prevalecer su rancio sentido de la vida a los demás por la fuerza.

Oriente Medio necesita modernizar sus conductas y no fomentar el odio entre naciones; no tener como objetivos la lucha por y para imponer una determinada religión o conducta social dentro y fuera de sus fronteras y mucho menos tener siempre la obsesión de querer aniquilar al pueblo judío. Si realmente la sensatez estuviera un día presente en su manera de pensar aunarían esfuerzos para llegar a puntos de encuentro y no a posturas encontradas.

Israel es un Estado moderno y es una realidad histórica y actual, en otras palabras, el mayor problema que veo e identifico por parte de los israelíes, es que el temor existencial bloquea su camino hacia una normalidad. 

Los visionarios de la idea sionista como Herzl, Ben Gurión y otros, vieron a Israel como el hogar nacional del pueblo judío donde podrían vivir como los demás pueblos. 

En muchos aspectos, el éxito superó las expectativas previas, pero no se puede decir que Israel sea un país normal. 

Sus dilemas cotidianos son bastante diferentes de los de cualquier otro país del mundo occidental al cual se puede con toda legitimidad poner el Estado de Israel. La responsabilidad como pueblo Israelí es percibir adecuadamente estos dilemas, afrontarlos y, en la medida de lo posible, solucionarlos y, en todo caso, no utilizarlos como excusa para dejar de abordar cuestiones cotidianas “normales” como la educación, el apoyo a los desfavorecidos de su sociedad o los temas relacionados con el medio ambiente. Después de todo en Israel mueren cada año más personas por contaminación ambiental que por ataques terroristas.

Al mismo tiempo, es muy importante que nosotros aquí y la comunidad internacional en general, recordemos que somos paranoicos. Los temores del pueblo judío de Israel, lamentablemente, están fundamentados en la realidad. Ahmadineyad no es un personaje de comic y las aspiraciones nucleares iraníes no son fruto de la imaginación de un guionista de Hollywood. Hamas, Hezbollah, Al Qaeda y otros, tampoco son “malos de película” sino malos muy concretos y reales.

En un mundo occidental, especialmente en Europa, hay elementos extremistas radicales que cooperan con Irán, Hamas o Hezbollah, niegan a Israel su derecho a existir como Estado Judío y proponen levantar en su lugar un Estado binacional, negándose así por completo el derecho natural del pueblo judío a la autodeterminación. Muchas veces lo hacen a través del uso de datos falsos y terminología complementaria. A eso precisamente me refería al hablar anteriormente de maquinaria de propaganda cuando exponía los temores del pueblo israelí.

Dicho esto, debemos encontrar respuesta o desarrollar algunos puntos importantes: en primer lugar, el tema de los refugiados palestinos que suele ir ligado a un supuesto derecho de retorno.

El debate mediático sobre esta cuestión, en España y en otros lugares, se plantea de forma sesgada y descontextualizada. En general, se asume que existe un problema de refugiados palestinos que sufren desde hace sesenta años y que la solución a su problema es su retorno a los lugares que se vieron obligados a dejar. Son fórmulas simplistas que ante todo indican pereza intelectual por parte de quienes las defienden y su falta de voluntad de abordar con honestidad los acontecimientos históricos y las consecuencias derivadas de sus posturas.

En la región de Oriente Medio hay muchos más problemas que el Israelí y sin embargo no cuenta con ese peso específico que el mundo árabe pone en el conflicto del pueblo judío, hay problemas de fronteras, enfrentamientos religiosos, enfrentamientos de intereses estratégicos, conflictos internos en casi todos los países y una sociedad que se resiste a modernizarse por completo estableciendo normas de convivencia democrática y libertades compartidas por el hombre y la mujer por ejemplo.

Es hora de salir de las trincheras del enfrentamiento y abordar los problemas históricos con un lenguaje actual, real y vivo donde los intereses a defender por cada uno de los países de la zona encuentren puntos de encuentro para una globalización de la solución definitiva, que permita construir una base sólida de respeto y paz entre todos los países vecinos. Israel es una realidad y ahora más que nunca debe defender esa realidad que es ser un Estado Soberano y Libre, el verdadero hogar del pueblo Judío.

El pueblo judío cumple 5.773 años en un momento que encuentra al Estado de Israel realizando un sueño de siglos. El pensador, Isaiah Berlín, decía que Israel es un testimonio vivo del triunfo del idealismo y de la fuerza de la voluntad del ser humano sobre las supuestamente inexorables leyes de la evolución histórica.

Israel tiene motivos para festejar este año. Vive en una sociedad compleja, libre y democrática, rodeada de países cultural y políticamente contrapuestos y en estado de ebullición. Desarrolla la economía más vigorosa de Oriente Medio y es un foco mundial de nuevas tecnologías.

Hoy con casi ocho millones de habitantes, un millón y medio de árabes israelíes incluidos, una colectividad que ni los sionistas militantes reunidos en Basilea en 1897, y ni siquiera David Ben Gurión, habrían soñado jamás.

Las universidades, centros médicos y de investigación son de lo más competentes, su música, cine, teatro y literatura se presentan en los festivales más afamados, su identidad judía se ha consolidado en estos 5.773 años de convulsa y complicada historia.
No se conoce otro Estado que haya sido amenazado con ser borrado del mapa. Tampoco se sabe de una nación que después de una espectacular y fulgurante victoria militar en junio de 1967 no haya sabido resolver su conflicto con los vencidos, no se quedaron en las tierras conquistadas y no obtuvieron derechos políticos.

Israel mantiene relaciones fraternales con Estados Unidos, sea quien fuere el presidente, Israel es respetado por la Unión Europea, China, Rusia que sostienen contactos fluidos con Jerusalén. El Estado de Israel ha conseguido la paz con Egipto y Jordania.

La fuerza no puede curar la falta de sueño

Shimon Peres dijo: “Dormiré tranquilo por la noche cuando los palestinos empiecen a tener esperanzas”. Esta visión la tienen también la gran mayoría de los israelíes y del pueblo judío en todo el mundo.

Israel ha tenido líderes de gran categoría, desde Ben Gurión a Peres pasando por Rabin y Begin, ha librado guerras contra algunos o todos sus vecinos, dispone, según fuentes extranjeras, de centenares de cabezas nucleares y de tecnologías de defensa únicas en el planeta. Pero su fuerza no puede curar la falta de sueño que tiene desde la Guerra de los Seis Días.

Israel no puede perdurar como un Estado Judío y democrático y seguir controlando todo el territorio desde el Jordán hasta el Mediterráneo; sencillamente por una cuestión demográfica. Entre los palestinos no ha salido un Gandhi o un Mandela; han producido un Arafat y varias organizaciones terroristas que, para desgracia de su pueblo, a veces consiguen realizar atentados terribles.

Israel necesita la paz con los palestinos y estos no podrán salir de sus hoyos de pobreza si no pactan con Israel, después hasta podría producirse un diálogo mas fluido con los países vecinos y tal vez la generosidad de la que antes comentaba, llegue a producirse por parte de esos países y hasta las fronteras puedan modificarse. La continua violencia no puede propiciar la paz y la convivencia. Para obtenerla es preciso que ambos pueblos dominen la memoria en lugar de convertirse en sus rehenes. Los árabes no pueden seguir pensando que su único problema es Israel, el problema árabe es el propio problema árabe.

El problema del rearme nuclear por parte de Irán, no es un problema sólo de Israel, es un problema para la propia democracia en Europa y el mundo, la libertad de la que hoy goza Occidente se termina un segundo después de que Irán consiga obtener armamento nuclear. ¿Se imaginan un país donde su población está sometida a estrictas leyes coránicas intentando exportar su filosofía de vida al resto de la comunidad europea o de otro lugar del mundo? 

Los países árabes deben meditar sobre esta última cuestión, pues en la propia sociedad árabe existen diferencias religiosas y políticas abismales que tarde o temprano explotarán y si hay armamento nuclear en manos de los que no dudarán en utilizarlo, ellos también están sentados en un polvorín que los hará pedazos cuando explote.

Israel en su constante denuncia sobre el peligro Iraní, está advirtiendo a Occidente de una manera continua que el reloj del Apocalipsis Nuclear indica el tiempo que se tiene para reaccionar y cuando puede acabar todo, pero no sabe de fronteras y esto nos hace a todos cómplices de lo que no queramos evitar. Israel es una pieza clave en la defensa de Occidente, precisamente por que conoce muy bien al peligro que se enfrenta.

El gobierno de Israel tiene esperanzas asentadas en la lógica, que la paz se puede conseguir entre palestinos y judíos, este nuevo año hebreo que comienza crea en los corazones de todos los judíos y todos los que queremos al este pueblo, que el camino que un día trazaron los fundadores del joven Estado de Israel sobre las ruinas de los pueblos y tierras de sus antepasados, es hoy un Estado fuerte, compacto y fiel a sus principios fundacionales y tiene un horizonte ante si lleno de esperanza.

A pesar de las dificultades, preocupaciones y problemas a los que me he referido anteriormente, Israel será una democracia que perdurará por miles de años, sus políticos sabrán solucionar cada problema con la misma claridad, objetividad, que lo ha hecho siempre. 

La enseñanza y experiencia de todo el sufrimiento soportado durante más de 57 siglos le a dado a este pueblo la fuerza suficiente para no pararse en el tiempo y esta vez más que nunca su juventud, cantera de sólida piedra, podrá seguir construyendo el templo moral y sagrado que lo *GoBack* está elevando de manera constante a uno de los primeros puestos en el ranking de los países más desarrollados del mundo y una de las democracias más perfectas de Occidente.

Los hombres y mujeres que representamos de una manera o de otra los intereses comerciales del Estado de Israel en cualquier parte del mundo, lo hacemos cada vez con más ilusión por que el comercio en su intercambio de productos entre pueblos y países, tiende puentes culturales y de profunda amistad que nos unirá al conocernos cada día mejor.

AURORA

0 comentarios:

Datos personales

PROMESA DE DIOS

"Acuérdate de mí, oh Jehová, según tu benevolencia para con tu pueblo; visítame con tu salvación" Salmos 106:4

LEA LA PALABRA DE DIOS

NUESTROS VISITANTES