MUSUQ CHASKI NOTICIAS

Las personas que se imaginan de izquierda no captan la paradoja de ser los portavoces informáticos de la propaganda demonizadora de Israel de la organización terrorista islamista fascista Hamás (valgan bien los tres adjetivos que la caracterizan bien, porque son tres aspectos que se olvidan).

Las personas que se imaginan liberales o defensoras de Israel, caen frecuentemente en demonizaciones que amplían la figura del enemigo y la extienden a grupos humanos o religiosos que no están involucrados en el conflicto. Así, el enemigo ya no es el Hamás, sino "los árabes", el "Islam", "los palestinos", con lo cual amplían su "guerra" a escala civilizatoria lo cual coquetea con la idea del genocidio como solución.

Por supuesto que hay personas equilibradas en ambos campos ideológicos, pero son pocas y sus voces inaudibles.

Se da el caso también de que muchos inmigrantes hispanoamericanos en Israel que tienen amigos o conocidos de sus países de origen (como el autor de esta nota), reciben publicaciones agresivas en sus muros, o publican, sin epígrafes, fotos o artículos de los daños que Israel realiza Gaza (como si en cualquier guerra no hubiese daños en la otra parte involucrada, y de algún modo, inconscientemente, buscan hacer sentir culpa y responsabilidad a quien vive en un territorio que necesita ser defendido de ataques). Se da también la ausencia dolorosa de cierta gente conocida que no tiene la sensibilidad de preguntar cómo está uno en la zona de conflicto.

Hay un gran ausente en toda esta turbia esfera virtual (que es la que continúa el modus vivendi fuera de los dispositivos informáticos), y es el llamado por la paz, contra la guerra, sin incurrir en defensas particulares de uno contra otro. El problema es político y no militar.

Israel tiene derecho a defenderse, pero lo paradójico es que no está haciendo una guerra contra el Hamás, ya que éste se calmará tras la destrucción de los arsenales y el asesinato selectivo, por uno, dos, o 5 años, y la cosa continúa cíclicamente. En una guerra clásica, el objetivo es ganar (conquistar un territorio, por ejemplo). Hamás declaró siempre la guerra a Israel (de hecho está en su carta fundacional), gobierna la franja a través de la fuerza, exponiendo a su población, poniendo arsenales y plataformas de lanzamiento arriba de sus edificios. En su guerra, es prácticamente imposible, dada la desproporción de fuerzas, derrotar a Israel, lo cual en términos prácticos no es una "guerra" clásica con tácticas para la victoria, sino el uso de la muerte y el terror para desmoralizar al enemigo, y la ventaja que da la situación de minoría estratégica que permite, sólo con propaganda, que personas sensibles y de ideologías progresistas se compadezcan con ellos a miles de kilómetros de distancia.

Tiene que haber un modo de detener la situación "eterna" entre el terrorismo y la defensa intercalada con ataques de represalia, que desarme la figura del enemigo y active la convivencia, y los países y poblaciones que tienen muchos problemas, pero al menos pueden vivir en paz, deberían empezar a abrir canales que terminen con la violencia en Medio Oriente y África, dejando de lado el cinismo y el apoyo interesado de las partes en conflicto.