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El jefe de operaciones de la misión española en el Líbano, comandante Victoriano Blanco, ha revelado que actualmente los militares españoles tienen desplegadas "tres posiciones avanzadas", en las localidades de Ghajjar, Kaferkela y Wazzani, tres de los nueve "puntos calientes" situados en la denominada Blue Line, la frontera imaginaria que divide el territorio libanés de Israel.

Estos lugares han sido objeto de numerosos incidentes entre ambos países, pero en los últimos meses apenas se han registrado problemas, el último cuando explotó una mina al pisarla una vaca el pasado mes de julio. "La situación ha mejorado mucho respecto a 2006. Hoy es una zona tranquila", según ha afirmado el comandante español sobre estas ubicaciones, que ha recorrido un periodista de Efe, empotrado estos días con la misión española.

No obstante, el militar español ha calificado la situación como de "calma volátil: todos los días hay algún incidente menor en la denominada Blue Line, que se soluciona con diálogo y no va más allá". Los principales problemas surgidos tienen que ver con actividades de ganadería y agrícolas, cuando un pastor atraviesa la frontera o agricultores acuden a la recolección de olivas, principalmente.

En total, la misión FINUL tiene activadas 27 "posiciones" avanzadas en toda la frontera entre ambos países, emplazamientos en los que suele establecerse una compañía compuesta por entre 60 y 100 militares.

Puntos conflictivos

Desde el Cuartel General de la Brigada Multinacional, liderada y formada en su mayoría por militares españoles, se ejerce el Mando y Control de toda la Operación de la ONU en el Sector Este de la franja sur del Líbano, que se extiende desde el río Litani hasta la Blue Line (Línea Azul) de separación con Israel. Además de las fuerzas españolas, conforman esta brigada unidades de Indonesia, Nepal, India y Malasia.

Parte del contingente español se despliega en puntos sensibles muy próximos a la Línea Azul, de cuya seguridad y estabilidad depende en gran medida el éxito de la misión y la pacificación definitiva de esta zona de Oriente Próximo.

Según el comandante Blanco, los problemas entre Israel y Siria no afectan a la zona de responsabilidad española, que abarca una superficie equivalente a Asturias y que incluye 63 kilómetros de la conflictiva Blue Line. Asimismo ha recalcado que el objetivo de los militares españoles es evitar un nuevo conflicto entre libaneses e israelíes y que las fuerzas armadas libanesas tomen el control sobre su territorio.

Uno de esos puntos conflictivos es Ghajjar, donde la Blue Line divide el pueblo. Allí se encuentra el acuartelamiento rodeado por un campo de minas, a medio kilómetro del pueblo. Y desde la base española más de medio centenar de cascos azules viven diariamente una situación delicada pero en calma, según reconoce el capitán de la unidad, Jerónimo García. Se trata de un punto caliente, según ha explicado el militar, quien admite que en verano, con la afluencia de turistas a la zona, se registran más incidentes ante los que hay que intervenir.

En Kaferkela, donde la frontera imaginaria la marca una carretera y un muro construidos por Israel, también actúan los soldados españoles para controlar una localidad que usan los libaneses para convocar las protestas contra su vecino. Y en Wazzani, donde se acaba de construir un hotel de lujo en la misma frontera establecida por un río, los españoles patrullan a pie por caminos forestales, junto con las fuerzas armadas libanesas.

España participa en la FINUL de Naciones Unidas desde 2006 y actualmente mantiene cerca de un millar de militares desplegados, la mayoría pertenecientes a la Brigada de Caballería Castillejos II, con sede en Zaragoza.

ABC