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El sistema se volverá completamente operacional en 2014, pero el periódico New York Times señala que la Armada norteamericana adelantó el anuncio como una advertencia hacia la República Islámica para que no se atreva a aumentar su actividad en el Golfo Pérsico si crece la tensión en los próximos meses a raíz del estancamiento en las negociaciones y las sanciones económicas contra Teherán.

El prototipo del dispositivo láser ha costado 32 millones de dólares; pero si el sistema demuestra su eficacia y se decide ordenar la compra masiva de estos equipos; el precio por unidad se reducirá.

Se calcula que el sistema desatará una revolución económica porque el costo actual de un solo misil interceptor de corto alcance Tomahawk es de 1.4 millones de dólares; mientras que cada disparo del cañón láser cuesta solamente un dólar.

Los expertos más optimistas dicen que "el futuro ha llegado" y que si el dispositivo prueba ser eficaz, estaríamos al borde de un salto tecnológico como el que se produjo al pasar de la espada a las armas de fuego.

El láser está limitado por la energía eléctrica que pueda generar la nave. En tanto que el rayo es capaz de alcanzar un objetivo a la velocidad de la luz y moverse rápidamente rastreando los blancos que se desplazan a grandes velocidades.

El arma no está destinado a enfrentar a la fuerza tradicional compuesta por los viejos buques de la Armada iraní sino a suministrar una solución frente a las lanchas superveloces manejadas por la Guardia Revolucionaria que llevan poderosas ametralladoras y cuya tripulación emplea tácticas guerrilleras, efectuando maniobras agresivas alrededor de los buques de guerra norteamericanos.

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