MUSUQ CHASKI NOTICIAS

Hasta cierto punto, supongo con pesar , que nos acostumbramos, de a poco, a esas difamaciones. La hipocresía de los que reclaman ser pro-palestinos y campeones de derechos humanos y su odio obsesivo hacia Israel llevaron al abandono de quienes sufren el verdadero apartheid, el genocidio y la limpieza étnica.

Sin duda, los detractores se apurarán a preguntar por qué los partidarios de Israel señalan a otros regímenes para exonerar a Israel. Pero eso no es, en verdad, lo que estoy haciendo. Israel no necesita exoneración ya que, afortunadamente, los israelíes son capaces de protestar, desafiar y elegir a sus gobiernos. Esa es la gente de la democracia. Pero, solo por el beneficio del argumento permítanme decir que, todas las maliciosas mentiras, tienen – para ellos – alguna verdad. Aun, la pregunta permanece: ¿Por qué Israel es señalado en marchas globales y protestas, alabadas por ´ilustrados´ regímenes en Teherán y Damasco, sin embargo, algunas de las catástrofes en derechos humanos en el mundo se llevan a cabo, a diario, y son, por completo, ignoradas, por el mismo santo que activas?

Para mí, una particular fuente de dolor y enojo es la situación de minorías y mujeres en la tierra natal de mis padres. En Pakistán, no pasa una semana sin una historia de violación, asesinato, humillación y tortura. En este país islámico, los términos como Jesus son prohibidos en mensajes de texto y una joven recibe un disparo por exigir educacion básica. Sin embargo, aparte del intento de asesinato de Malala Yusufzai, esas historias, muy raras veces, llegan a la prensa. La minoría cristiana, brutalmente oprimida, sufre en manos de una arcaica ley de blasfemia y, sin embargo, aparte de protestas a pequeña escala organizadas por grupos cristianos pakistaníes, no hubo llamados a boicotear a Pakistán ni se planearon flotillas. Supongo que, los cristianos pakistaníes asesinados, no son una una causa de moda. Me pregunto si un periódico británico podría publicar una caricatura de un mullah pakistaní asesinando a las minorías para allanar el camino hacia una Estado de Sharía. Nuestros periodistas aman la libertad, pero el amor a sus vidas es un poco mayor.

Obsesionados con la destrucción de Israel

La Casa del Saud promueve el apartheid religioso, destruye la historia y disemina el wahhabismo. Sin embargo, el mundo permanece en silencio. Tal vez la causa no sea lo suficientemente “cool”. O, tal vez, solo deberíamos permitir a la gente sufrir y desestimarla como fenómeno cultural; tal vez deberíamos decir que así son las cosas en esa parte del mundo y focalizarnos en la necesidad de frenar el “apartheid de Israel” que, hace poco, eligió a otro miembro de la Knesset de descendencia etíope.

¿Recuerdan cuando un puñado de ciudadanos de Darfur y activistas reales de los derechos humanos protestaron fuera de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra las atrocidades en la región? Bien, el instigador de la limpieza étnica, Sudán, se sentó en la Comisión de Derechos Humanos en Naciones Unidas.

Una vez más, muchos de nuestros activistas permanecieron en silencio porque Israel no estaba involucrado. Es interesante destacar que, algunos de los más feroces enemigos de Israel ( como Siria, Arabia Saudita y Bahrein) desestimaron un informe de Naciones Unidas sobre Darfur, escrito por el Premio Nobel, Jody Wolfe, y actuaron para proteger a Sudán en Naciones Unidas.

Por qué los que se autoproclaman defensores de los derechos palestinos permanecen en silencio mientras los palestinos están siendo masacrados en Siria por el régimen de Assad?

Y, ¿por qué, permanecen en silencio cuando una joven palestina es asesinada en nombre del honor?

¿Dónde estaban cuando Hamas disparó misiles desde el interior de una escuela en Gaza? Oh, me olvidé! estaban afuera de la embajada israelí más cercana cantando slogans en apoyo a Hamas.

Sé que hay mucha gente que, de manera genuina, se preocupa por los palestinos y quiere verlos vivir en paz con sus vecinos, pero hay también demasiados Jean-Paul Marats, llenos de ardiente retórica que exigen sangre. La gente se ha vuelto obsesiva con la destrucción de Israel. Esas personas deberían estar avergonzados de sí mismos, emulando a los nazis al instar boicots a negocios judíos mientras el asesinato, la violación y la humillación son desenfrenados en tantas naciones.

El real apartheid, el genocidio y la limpieza étnica se produce bajo nuestra atenta mirada. Sin embargo esa gente se volvió tan obsesionada con el fin del sionismo que el sufrimiento de otros pasó a ser parte de un espectáculo aparte.

Protesten contra la opresión de la mujer en Arabia Saudita y tendrán mi respeto.

Protestar contra un grupo de teatro israelí es patético.

Numerosos países de Medio Oriente violan los derechos humanos, sin embargo Naciones Unidas denigra a Israel. ¿Soy yo o es que hay algo profundamente equivocado con nuestra moral rectora?

Nota: Kasim Hafeez nació en una familia británico musulmana de origen pakistaní. Como resultado del constante adoctrinamiento en su hogar y en su círculo de amigos, fue tan anti—sraelí como antisemita. Luego de leer “The Case for Israel” de Alan Dershowitz (2007), comenzó a dudar de sus propias creencias, investigó el tema y visitó Israel. A su regreso al Reino Unido, se convenció de que tenía que tomar una posición y hablar acerca de Israel y contra la radicalización islámica.

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