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Al comentar la reciente aprobación de una norma para legalizar la marihuana en Uruguay, afirmó que, si bien el Perú respeta ese tipo de decisiones autónomas de otros países, la estrategia y la política antidrogas del país son bastante claras en ese sentido.

“La estrategia es clarísima y la voluntad política del presidente (Ollanta Humala) es hacia la no legalización de las drogas. Sin embargo, hay un respeto por las posiciones de los países que tengan otro enfoque, como es el caso de Uruguay, que es un país muy querido”, expresó.

Masías Claux declaró a la Agencia Andina que legalizar esa droga implica apartarse de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, que plantea que la marihuana solo puede ser usada con enfoques científicos y médicos, pero no recreativos.

El senado de Uruguay aprobó una ley que convierte a ese país en el primero en Latinoamérica en legalizar la producción, distribución y venta de marihuana, y el primero en el mundo en poner en manos del Estado el control de todos estos aspectos.

La titular de Devida recalcó que, a diferencia del Perú, Uruguay tiene solo tres millones de habitantes, una población en su mayoría longeva, además, no es un país productor de esta planta alucinógena y tiene un sistema de seguridad social muy competente.

“Son realidades diferentes y podemos afirmar que la marihuana es una droga peligrosa. Hoy es entre 25% y 30% más fuerte que la que existía hace 30 años. Yo no me atrevería a hacer un experimento con la salud de los jóvenes”, opinó a título personal.

Además, la jefa de Devida remarcó que las evidencias en el mundo señalan que los países que liberalizaron las drogas terminaron retrocediendo, pues la medida no tuvo ningún efecto en la reducción del consumo ni en la criminalidad, como fue el caso de Holanda.

Según dijo, en ese país europeo la medida más bien permitió elevar la incidencia de enfermedades como la hepatitis B y C, así como la prostitución clandestina y el denominado turismo de droga, que se hace con el fin de adquirir o consumir estupefacientes en otro país.

“También Alaska fue un estado norteamericano que liberalizó en los años 90 el consumo de marihuana y ahí se incrementaron las infracciones a las leyes por parte de los adolescentes y tuvieron que retroceder porque tenía muchos problemas con esa población”, subrayó.

Para Masías, legalizar la marihuana en el Perú tampoco aseguraría que los narcotraficantes ingresen al marco de la legalidad o se incorporen a un sistema de regulación de esa actividad.

Devida diseña y conduce las políticas contra las drogas en el país, coordinando, promoviendo, orientando programas y proyectos dirigidos a este fin, con recursos del Estado y el apoyo de la comunidad internacional.

Su objetivo fundamental es lograr que la población peruana excluya acciones vinculadas a la producción y consumo de drogas, y privilegie estilos de vida saludables, minimizando los factores socioeconómicos que incentivan la producción, tráfico y consumo de estupefacientes en el Perú.

AE